12 Nov Análisis de la 'Guía de Buenas Prácticas'
Recientemente se publicó la "Guía de Buenas Prácticas para la Limpieza y Desinfección en la Industria Alimentaria", y considero importante analizar esta publicación en profundidad. En nuestras últimas entradas, hemos revisado las transformaciones que ha experimentado el sector de la limpieza industrial en los últimos años, o mejor dicho, en las últimas décadas. Este documento nos ofrece una excelente oportunidad para continuar evaluando esos cambios y su impacto en las prácticas actuales de la industria.
En el sector de la limpieza y la desinfección nos encontramos, como ya dijimos en nuestros artículos anteriores, en una burbuja atemporal, es decir parece que no haya cambiado nada en las últimas décadas, y que el avance tecnológico no vaya con nuestro sector. Y una gran cantidad de los trabajos se acaba realizando con medios humanos más el trapo y la rasqueta.
Aquí habría que analizar las responsabilidades, aunque todos los implicados la tienen.
- La empresa de limpieza por no buscar el introducir o implementar las mejoras tecnológicas que van apareciendo, y buscar el aportar más valor a sus procesos, con la intención de mejorar sus posibles ingresos y poder mantener una estabilidad en el equipo humano, que cada vez se deteriora más significativamente.
- El cliente o la industria, y en este artículo me centraré en la industria alimentaria por la relación con la ‘Guía de Buenas Prácticas’ que estamos comentando, en primer lugar, por el bloqueo o la dificultad a abrirse a mejoras o nuevas propuestas, con la excusa ‘ahora no tengo problemas, no me interesa’… y después por la dificultad en los tiempos, formas y costes para la ejecución de las tareas de limpieza.
Y la aparición de esta ‘Guía’ es un buen ejemplo de ello, toda la base de la limpieza esta basada en el uso de agua y químicos. Y aunque creo que el agua es una base muy necesaria en la limpieza de la industria alimentaria… existen también otras tecnologías de limpieza que pueden ocupar algún espacio en este proceso de limpieza y desinfección. Tecnologías como la limpieza criogénica, la limpieza con Vapor Saturado deben tener su espacio en dicho proceso.
En cuanto a la parte de la desinfección, aquí ya entramos en un mundo sin ley, cada instalación según su tipología, aplica unos usos de productos químicos u otros, sin contar que las instalaciones según esos usos deberá ir haciendo rotación de producto de desinfección para continuar siendo efectivos y prevenir la resistencia de los microorganismos. Además de generar un ambiente que en muchas ocasiones no será de lo más saludable, algo que está comprobado ya sea por la tipología de partículas generadas como por los volátiles (VOC) generados. Y en esta parte, es donde me falta más análisis de las novedades actuales, existe desde hace muchos años el ácido hipocloroso y el ozono, dos productos que no aparecen en la ‘Guía’, y que son totalmente naturales y que inicialmente no generan residuos. Y aquí destacaría, el ácido hipocloroso por todas las numerosas ventajas y beneficios que puede generar en la industria alimentaria. Producto beneficioso por su amplio espectro antimicrobiano, bajo impacto ambiental y seguridad para los trabajadores. Además de ser efectivo contra bacterias, virus y hongos, y es menos corrosivo y tóxico que el cloro y otros compuestos, lo cual podría reducir la necesidad de equipos de protección personal extremos. En este punto, añadiría el uso y la combinación de los equipos de nebulización con dicho producto, toda una tecnología por desarrollar con una gran variedad de equipos y posibilidades de aplicación que puede aportar una gran mejora y un gran beneficio a la industria alimentaria.
En resumen, es una buena ‘Guía de Buenas Prácticas’ pero incompleta, donde se debería analizar en profundidad todas las opciones (tecnologías y productos) existentes para poderlas tener en cuenta. Ya que, teniendo en cuenta que esta ‘Guía’ vendrá a ser como una referencia para empresas y personas relacionadas con la industria alimentaria, tendría que analizar más en detalle y con más rigor toda la información existente.
Estas adiciones podrían optimizar el protocolo, mejorando la seguridad, la sostenibilidad, y la eficacia del proceso de limpieza y desinfección.
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